domingo, 30 de mayo de 2010

Crónica

3:34 AM. El corazón le palpitaba sin parar, a una velocidad acelerada. El ritmo cardíaco no sólo era inusual, también era miedoso, tembloroso. Tenía cinco horas con veinte minutos de no saber en dónde estaba.

6:00 AM. Cuando a penas se estaba quedando dormida, escuchó un ruido que la despertó de súbito y, otra vez: TUVO MIEDO. Un hombre con aspecto grotesco, la vio a distancia y sonrió maquiavélicamente. Justo entonces se acercó, procuró no coincidir con su mirada para no sentirse culpable de lo que haría. La tomó por la fuerza y con el alicate que llevaba en la mano, cortó su dedo índice. La sangre salpicó, el agresor le amarró lo que quedó de dedo con un pequeño lazo para que no se desangrara. "Un recuerdo para tus padres", espetó.

7:00 AM. El padre de la menor enloquecía de arriba a abajo, tratando de conseguir la cantidad que los secuestradores le habían pedido. Preguntó muchas veces "¿por qué a nosotros?", no obtuvo respuesta, sólo más ira y desesperación.

9:00 AM. Justo cuando las puertas del centro comercial más concurrido de la ciudad se abrieron, se acercó para organizarse con el jefe de la policía, quien prometió rescatar sana y salva a su única hija, que además, sino consumía la dosis diaria de medicina, desmayaría en cualquier momento; padecía de hipertensión a su corta edad, un mal que los médicos no lo lograban encontrarle causa lógica. La madre, inusualmente maldijo al sistema (siempre injusto con los pobres, según las clases de economía que alguna vez recibió en la universidad; nunca concluyó su carrera: se casó y tenía que trabajar), maldijo su trabajo (porque de haber estado en casa, nada de eso hubiera pasado, según ella) y entre confusión, estuvo a punto de maldecir a Dios, pero recapacitó y recordó lo que había aprendido en su vida: aunque ese ser supremo le quitara la vida, le seguiría creyendo.

11:30 AM. La hora perfecta, un sábado de fin de mes, cuando los comerciales son abarrotados por personas que curiosean en las vitrinas y poco compran: el poder adquisitivo de los guatemaltecos es escaso.

11:31 AM. El jefe del comando antisecuestros de la policía da la orden a todo su equipo: todos en sus posiciones.

11:32 AM. El celular Nokia del padre de la secuestrada suena, es el número del desgraciado que cortó el dedo índice de su hija. "¿Tenés el dinero?", preguntó con sonrisa desinhibida. El pagano, asintió.

11:33 AM. Justo frente al McDonald's que se encuentra en una de las salidas, ese será el punto de reunión. Están informados todos los elementos del comando antisecuestros de la policía, los malechores y los paganos.

11:35 AM. Un hombre vestido todo de negro, camina frente a Ronald McDonald como quien no quiere la cosa, con la niña de nueve dedos.

11:36 AM. Un francotirador apostado en el techo del comercial, después de confirmar la orden dos veces con su jefe (como le enseñaron en la academia), dispara al criminal, pero un viento fuerte lo mueve una milésima y da justo en la frente de la niña, quien muere instantáneamente.

11:38 AM. El centro comercial es un caos, todos salen corriendo de adentro del restaurante que tiene por entrada una "M" gigante amarilla y que distribuye varias onzas de grasa dañina escondida en un Big Mac. Gente con bolsas de papel, con ropa Lacoste, Nautica y zapatos Nike huye como puede, tras la mirada absorta de los policiítas del comercial.

12:00 PM. El padre de la menor se da cuenta de algo: el día que le puso la hora a su radio reloj despertador nuevo (en realidad no era nuevo, se lo "mandó" un amigo muy querido de Los Ángeles), en vez de colocar 00:00 horas, como era debido, puso 12:00 PM. Ese día no eran las 12:00 PM, sino la media noche, acababa de tener un sueño que ameritó que se levantáse de la cama, bebiera café, abrazara a su hija que estaba sana y salva en el otro dormitorio, y finalmente despertara a su esposa para agradecerle a Dios que estaban todos juntos, sanos y con los dedos completos.

Emergencia II

Las ambulancias suenan desquiciadamente por las calles aledañas; camarógrafos se amuchan y periodistas con micrófonos y grabadoras en mano inundan repentinamente el lugar para obtener declaraciones que saldrán en la nota roja del noticiario de la noche.

A ciencia cierta nadie sabe qué pasó. La certeza parece no existir entre los bomberos que son quienes siempre dan la noticia. Esta vez no. Esta vez no hay informes preliminares ni hipótesis por confirmar por parte del Ministerio Público. La muerte se dio sin qué ni para qué, aparentemente.

Esa noche murió un corazón. Desangrado en la habitación donde dormía, agonizó, latió rápido y despacio y finalmente dejó de funcionar.


Las causas tras una semana de investigaciones por parte de los doctores del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, aún no se han establecido. Sin embargo, hallazgos de médicos expertos evidencian serias complicaciones a la hora del funcionamiento provocado por una fuerte emoción. Teóricamente esa emoción fue causada porque ese corazón, no fue correspondido.



Descansa en paz otro corazón grande, apasionado, fuerte y que siempre intentó hacer feliz al otro corazón que amó incansablemente, pero que por desgracia nunca supo retribuir esas cualidades.

¡Culpable!

erdón Su Señoría, no me cabe la menor duda, ella, definitivamente, debe ser condenada a cadena perpetua.

Las personas que en ese momento están en la Sala Novena de Sentencia Penal del Juzgado Sexto de Delitos Contra la Vida y el Medio Ambiente, muestran un poco de sorpresa ante la acusación tan frontal del fiscal.

De pronto, el abogado que la corte te asignó se levanta, suspira, bebe un trago de agua, se ajusta la corbata, camina, sus zapatos suenan sobre el piso como si llevara tacones (cosa que distrae al auditorio) y dice: mi defendida en realidad tiene apariencia de culpable si se le ve a simple vista (en ese momento tú piensas que este abogado no ayuda mucho que digamos), pero si analizan la situación objetivamente, ella debe ser puesta en libertad de inmediato y la prisión preventiva dictada en su contra con anterioridad debe quedar sin efecto. Antes de que pregunten por qué, les daré mis argumentos. En primer lugar, ella nunca hizo algo para que el tipo se enamorara de ella...

- ¡OBJECIÓN! - dice en tono firme el fiscal

- ¿POR QUÉ? - pregunta curioso el juez

- Me parece que eso no es del todo cierto Su Señoría... -

- Creo que es interesante..., prosiga con su argumento -

- Verá Su Señoría, y todos los hoy presentes, en realidad lo que dice el señor abogado parece algo justo; él expone que su defendida nunca hizo algo para que él se enamorara de ella. Pero yo le digo que sí.

Tengo unas preguntas para la chica...(tú te pones nerviosa porque sabes que bajo presión nunca respondes bien y le huyes a ese tipo de cosas).

- ¿Cuántas veces le sonrió al chico en los últimos meses?

- Eh...bueno..., la mayoría de las veces que nos vimos, él en realidad es divertido - respondes insegura de a dónde quiere llegar con eso mi abogado-

- ¿Qué hacía usted entre las 00:00 y las 00:05 horas del día de su cumpleaños?

- Bueno..., recibí una llamada, era él, me dijo que quería ser el primero en saludarme. Es tierno.

- ¿Por qué usted siempre espera algo de él, que la sorprenda constantemente?

- Él es detallista, extremadamente romántico.

- Una pregunta más...¿no le parece un atentado para la sociedad andar por ahí esbozando su increíble sonrisa y siendo imperfectamente adorable?

- Creo que no.


El juez toca su barba, no sabe qué decir.



De pronto, lee la sentencia:

Por la autoridad que me confiere la Corte Suprema de Justicia, declaro culpable a la sindicada por el delito de asesinato en grado de tentativa, daños a la moral y allanamiento de morada.

- ¿Allanamiento de morada...? - pregunta absorto tu abogado



El juez sonríe como quien no quiere la cosa y dice: así es, señor abogado, dije A-LLA-NA-MIEN-TO DE MO-RA-DA. Ella allanó el corazón del chico, ella es culpable porque sólo con existir, sin hacer algo preciso conquistó irremediablemente al joven que no tenía otra intención más que vivir una vida normal, hasta que apareció ella.

Por tanto, la declaro: CULPABLE.

miércoles, 26 de mayo de 2010

De la madurez

Desde chicos se nos enseñó que todos nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos.

Pero yo creo que hay más. Creo que entre nacer y crecer hay una experiencia. Y creo que para llegar a morir, hace falta otro proceso.

Dios es un ser extraordinario, a mí no me cabe duda.

Hoy estoy particularmente con mucha paz. Siento tranquilidad, siento que el tiempo ha pasado y que no ha sido por gusto. Me parece que aún tengo una materia pendiente. Yo estoy feliz, estoy verdaderamente agradecido con la vida y con sus gracias. Dios es la vida.

Gracias a ustedes, quienes leen este blog. Gracias por soportar tanta letra y gracias porque cuando me expresan lo que piensan de lo que escribo, me inspiran.

De la madurez tengo que decir que hablo de la emocional y espiritual. Comprender que es mejor amar con inteligencia, es madurez.

Comprender que no se trata de pecar o no pecar, sino de lo que nos edifica o no nos edifica, es madurez.

Comprender que amar con todo el corazón es importante, pero también con toda tu inteligencia; es madurez.

Un abrazo. Saludos a la distancia